domingo, 20 de septiembre de 2009

La Ruleta


El viejo ritual nuevamente comienza
comienza sobre el verde escenario
donde rojos y negros quieren advertirme
del fatídico final

Alrededor de la mesa se reúnen jugadores
que sabiamente apuestan a par o impar
a suertes simples, a cuadro o a calle
jugadores que cuentan sus fichas
jugadores que las administran
Y en diversas apuestan ganan por un lado
lo que en otro pueden perder
Y al terminar la noche
siempre tienen un poco más
de lo que antes traían

Los miro a los ojos
y no veo deseo
Apenas tibieza de espíritu
que no llega a calentar

Me sacudo los bolsillos
donde apenas chillan
un puñado de sueños
y alguna que otra certeza partida
Lo tomo todo y lo dejo caer
sobre un solo número

La ominosa voz del croupier
La sutil voz del destino
Me dicen que ya no hay
vuelta atrás

Y las venas se dilatan
Y las arterias se hinchan
colmadas de adrenalina

El cerebro no funciona como antes
inflamado por estimulantes hormonales
Y en la bruma de percepciones alteradas
el brillo marfil de la bola
me muestra fantásticos futuros
y por un momento
poseo todos los mundo composibles
en un infinito instante atemporal

Pero la magia se rompe
y el devenir deviene
controlado por leyes que
nunca me es dado conocer
Rígidos azares determinados
cuya ignorancia escondo
llamándole suerte o voluntad

La rueda deja de girar
anunciando mi desgracia
Mis sueños se alejan
y sólo me queda el recuerdo
de su agónico grito de despedida

Apuro el trago y me voy
que yo se cuando retirarme
con las manos en los bolsillos vacíos
pero con la frente en alto

El dolor de perderlo todo
nunca es suficiente para dejar de apostar
y sentir por un segundo
que estoy realmente vivo
O salir por un momento de mi calle
Entre el Boulevard de los Sueños Rotos
y la Senda del Perdedor

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